Taganga, la playa del caribe Colombiano que nos enamoró

Cuando hace un par de meses comenté con una amiga que se nos había borrado el Blog y quería empezar a contar de nuevo nuestra historia, me sugirió que esta vez empezara desde el comienzo de todo. Entonces me puse a pensar… Cual había sido, para nosotros, el comienzo? Donde estábamos cuando pasamos de ser dos vidas que se habían cruzado a ser dos vidas que empezaban a caminar juntas? En pocos instantes, no tuve dudas! El lugar seguramente era Taganga, pequeño balneario cerca de la ciudad de Santa Marta.

Si estas por viajar a Colombia y quieres encontrar un balneario chiquito, onda mochilero, donde poder saborear la verdadera vida Colombiana, Taganga es lo que más te recomendamos!

1.Que hacer en Taganga

1.1 Playas

Era la segunda vez que pisaba este pequeño pueblito de pescadores de 5.000 habitantes  y fue para encontrarme con Seba después de un par de meses que no nos veíamos. Un sitio muy tranquilo, ideal para compartir un tiempito antes de separarnos otra vez.

Junio estaba terminando y fueron unos hermosos días de sol durante los cuales aprovechamos para recorrer las playas más cercanas.

• Después de la playa principal, andando sobre la costa hacia la derecha, se pasa por Playa Genemaka. En ella podrás observar desde cerca la vida de los pescadores. Si sigues caminando llegarás a una diminuta playa en la punta de un promontorio, Punta Ancón, nuestra preferida. Aquí terminas el paseo rodeado del mar y mirando pequeñas lanchas que van y vienen todo el día.

• Playa Grande es otra que se puede alcanzar caminando desde el pueblo, se llega dirigiéndose siempre hacia la derecha. Terminado el malecón comienza un paisaje de lomas, de vegetación seca y de muchos cactus. La caminata es placentera si se evitan las horas del mediodía, siempre mejor llevarse protector, gorro y agua para no deshidratarse! A tu llegada te encontrarás con varios restaurantes.

• Si recorres toda Playa Grande hasta el final y sigues siempre caminando hacia la derecha mirando el mar, vas a llegar a otra que se llama Sisiguaca, de agua clara, muy tranquila y con un pequeño restaurante bien colombiano!

Colombia para mi fue el país más amado de todos los de Latinoamérica. Un pueblo tan sufrido y, a pesar de todo, tan dispuesto a compartir y entregar todo lo que tiene. No es un país fácil porqué los cuentos y su historia te invaden la mente antes de tu llegada.

Quien decide viajar a Colombia ya sabe que se va a encontrar con un entorno complicado, donde a veces es mejor no salir del recorrido turístico. Aunque cierto lugares son más seguros que otros, te aconsejamos no andar de noche, solo y en sitios aislados.

1.2 Parque Nacional Tayrona

Taganga es un muy buen sitio para hacer etapa o base para dirigirse hacía el Parque Nacional Tayrona (45km – 1 hora). Es más tranquilo y más chico que la ciudad de Santa Marta, la vida es más genuina y las playas son mucho más salvajes.

Para acceder al Parque hay diferentes tarifas que vas a poder encontrar siempre actualizadas aquí.

1.2.1 Como Llegar

Hay tres forma de acceder al Parque Tayrona por tierra:

• La entrada principal es la del Zaino (donde encuentras caballos y personas que ofrecen el servicio de transportarte hasta tu alojamiento). Desde ahí puedes llegar a las zonas de camping y a las principales playas: Cañaveral, Arrecifes, La Piscina, Cabo San Juan y Boca de Saco.

• Otra entrada es Calabazo, desde donde puedes llegar a Playa Brava, Boca de Saco y Cabo San Juan.

• La última entrada es Palangana, de aquí puedes visitar las playas: Neguanje, Gayraca y Playa Cristal.

Los mini buses hacia el parque salen cada 20 minutos desde la Terminal de Autobuses o desde el Mercado Publico de Santa Marta. Las entradas quedan: a 37 km la del Zaino, que resulta ser la más alejada, pero la principal y la de más fácil acceso, a 27 km la de Calabazo y a 16 km la de Palangana, el viaje dura aproximadamente entre media y una hora.

Desde Taganga es posible llegar a Cabo San Juan con una lancha, que se puede contratar en la playa principal del pueblo. El viaje dura aproximadamente una hora y media, dependiendo de las condiciones del mar. Si quieres encontrar la forma más barata, dirígete a los pescadores. Para contratar una lancha particular, unirte a otros viajeros te permite achicar costos.

1.2.2 Donde dormir

El Parque Nacional Tayrona es muy extenso. En un día es posible recorrer solo algunas de la playas principales y hay que ir muy temprano para aprovechar el tiempo. Lo ideal para recorrerlo con un poco de calma es quedarse a dormir un par de noches.

Dentro del parque hay alojamientos y camping que alquilan hamacas y carpas y que son la opción más barata. En los camping no es posible reservar con antelación, hay que llegar y ver que toca. Es mejor visitar el parque fuera de la temporada alta que en Colombia es desde la mitad de diciembre hasta fin de enero, el mes de Julio y semana Santa.

1.2.3 Consejos

Si entras por la entrada principal del Zaino evitar bañarse en las aguas de playas Cañaveral y Arrecife. Se cuenta que muchas personas perdieron la vida nadando en ellas, debido a sus fuertes corrientes. Para refrescarte tendrás que aguantar hasta llegar a La Piscina, 15 minutos caminando desde Arrecife.

Cuando visité el parque recuerdo que el día de Navidad nos contaron de una muchacha encontrada en la madrugada desnuda y en estado de shock. No recordaba nada de su noche, el muchacho que la acompañaba había desaparecido y según sus últimos recuerdos estaban bañándose en la playa de Cañaveral. Nunca supe que pasó en realidad, pero bastó para convencerme a seguir esa recomendación tan sencilla!

1.2.5 Historia

El parque fue creado en 1964, antes de la conquista española estas tierras eran habitadas de los indígenas Tayrona, que dejaron evidencias de su paso con el Pueblito Chairama, por ahora cerrado a turistas.

Muchas comunidades indígenas todavía viven adentro del parque. Hay lugares sagrados donde es prohibido acceder y algunas veces al año el parque sierra para que ellos puedan hacer sus rituales de limpiezas. Consulta el sitio oficial si estás planeando un viaje al Tayrona.

Es una de las reservas ecológicas más importantes de Sudamérica, por su gran belleza natural, sus playas vírgenes, los restos arqueológicos y sus cascadas y ríos.

1.3 Comer

Los recuerdos que tengo más vivido de Taganga son el calor y los riquísimos licuados de fruta natural que nos tomábamos para darnos refrigerio. Caminando por el malecón puedes encontrar algunos carritos donde poder experimentar un sabor nuevo cada día!

La mayoría de los restaurantes también se encuentran cerca del malecón, la comida colombiana es muy sabrosa, un plato de almuerzo común tiene una composición básica de 4 elementos, el arroz, unos vegetales, plátanos fritos y una proteína. En la costa encontrarás principalmente pescado y mariscos, pero también carne o pollo.

También puedes encontrar platos de comida internacional echa por inmigrantes europeos que han echo realidad el sueño de dejar todo y abrir un restaurante en el Caribe. Los italianos son especialistas en eso y así logramos también comer una rica pizza!

Comer comida internacional cuando viajas no es la opción más barata. Si quieres ahorrar y comer bien te aconsejamos la comida local. Los puestos en la calle o sobre la playa son la solución y terminarás viviendo como uno!

TOP una arepa recién cocida y un juguito de fruta natural!

2.Donde alojarse

El pueblo se desarrolla detrás de la playa principal, donde llegan los mini buses. La mayoría de los hospedajes se alejan de la costa, si llegas en taxi te aconsejamos decirle bien la dirección al taxista para que no te deje tirado frente a la playa. Las callecitas que corren alrededor del pueblo son prevalentemente de ripio, nada cómodo para rueditas de maletas arrastradas…

Podrás encontrar mucha variedad de alojamientos, desde algo más lujoso hasta camas en habitaciones compartidas. Nosotros nos alojamos en una casita con baño, sin muebles, con solo un colchón tirado en el piso, con luz y agua corriente, si no faltaba. El pueblo padece carencia de agua y puede llegar a cortarse por momentos, a veces por un día entero.

Para enfrentar la falta de agua teníamos un mini tanque siempre lleno en el baño, hasta que una vez no volvió por un par de días. Entonces terminamos pidiendo un balde de agua a cada vecino, esto también es Caribe!

Estas casitas son alquiladas directamente por los habitantes, también por mes y son las opciones más barata para tener tu privacidad y no tener que compartir habitación en un hostal con 15 israelíes recién llegados a Latinoamérica, empezando su año sabático después del servicio militar, fenómeno muy común de ver.

3.Como llegar

Llegué viajando desde Quito hasta Cartagena de las Indias, donde tomé un autobús que me llevó hasta la Terminal de buses de Santa Marta. De ahí salen unos mini buses hacía la playa principal de Taganga, que llegan aproximadamente en una media hora.

Había ya estado allí una vez, en ese entonces viajaba con una amiga, Oderica, nos dirigíamos hacia Parque Tayrona y hicimos etapa en Santa Marta.

Paseando por la noche encontramos un joven que nos habló de este pequeño pueblo de pescadores como de un lugar muy especial, decidimos, entonces, ir a conocerlo. Todos juntos tomamos un taxi desde el malecón, que en quince minutos nos dejó a destinación. Era un muchacho muy delicado y gentil, nos encontró tan seguras, paseando solas por la ciudad de noche, que quiso decirnos que no era la mejor de las ideas.

Colombia es así, una chimba! La gente te cuida, le importas, quieren que sepas que el pueblo tiene gran corazón y que los fantasmas sobre la guerra del narcotráfico queden en las oraciones. Una de las cosas que más me preguntaban los colombianos era que imagen llegaba de Colombia afuera del país, ellos solo querían contarme su belleza.

Me sorprendí mucho al escuchar ese muchacho decir, con simple naturaleza, que se le estaba yendo la vista por completo, que ya veía solo sombras. No lograba imaginarme en un mundo de oscuridad, pero él si estaba tranquilo con su destino. Contaba que desde cuando veía meno empezaron a desarrollarse los otros sentidos, percibía más los sabores y los olores y también decía de lograr “ver” hadas y duendes.

Esa vez me llevé una imagen de arboles antiguos y de sombras de la noche, “imaginando duendes caminar a mi alrededor” y con la enseñanza de que aceptar las cosas que nos pasan mejora la calidad de la vida que vivimos.

Al irme la segunda vez supe que nunca iba a olvidar ese pueblito tan exótico que me había regalado días de paz y de amor. Hay ciertos lugares que quedan más que otros en el alma, que quedan tuyos a pesar de que no volviste nunca.

Y tu? Tienes un lugar que te enamoró? Si quieres compártelo con nosotros en los comentarios!